Así como es importante tener claro el destino, es en el viaje donde hacemos la diferencia. La mirada prospectiva nos ayuda a iluminar el presente con la perspectiva del futuro.

Hacer el ejercicio cotidiano de la visualización implica: alejarse del momento en el que uno se encuentra en el presente, imaginarse en una situación futura, describir con el mayor detalle posible todas las características de ese momento, es salirse del presente y construir la imagen del futuro deseado.

Realizando este ejercicio prospectivo es posible mirar el presente con el lente de a dónde se quiere llegar y ver con claridad qué estoy haciendo hoy que me lleva allí y qué no. A partir de ahí, tomar decisiones y emprender transformaciones.

Al visualizar, uno experimenta en la mente aquello que está imaginando. Esto permite en muchos casos concretos del día a día que cuando nos toca atravesar la experiencia imaginada, nos resulte cómodo y natural, y sepamos cómo reaccionar.

Es el caso de, por ejemplo, las exposiciones orales en frente de otras personas, ya sea una clase o un examen; en este caso siempre que practiquemos lo que vamos a decir, cómo nos vamos a mover, a dónde vamos a mirar, cuando estemos atravesando la experiencia nos resultará más fácil y relajado, y si imaginamos todas las posibles eventualidades que podrían suceder (que nos hagan preguntas, por ejemplo), en el momento no nos veremos sorprendidos ni trabados por lo que ocurra y reaccionaremos de la mejor manera.

Visualizar nos conecta con lo más profundo de nuestro ser, con nuestras creencias y valores, con lo que realmente es importante para nosotros.

La visualización no es sólo una herramienta vinculada a la famosa idea de que “si tenemos fé podemos lograr lo que nos propongamos”. Es mucho más que eso. Tiene que ver con que la mejor forma de llegar a una situación deseada es enfocar todas las energías en ella; incluso también es así desde una perspectiva física según el modo en que funciona nuestro cuerpo y nuestro cerebro.

Diversos especialistas concuerdan en que mediante la visualización le damos instrucciones a nuestro cerebro y permitimos que se active y nos permita generar recursos para lograr lo que nos proponemos.

Según Bachrach, la visualización creativa conecta todos los sentidos con eso que estás tratando de hacer o lograr. Además dice que cuanta mayor conexión emocional tengas con esa imagen o visión, aumentan tus posibilidades de creatividad en el camino a concretarla.

Es sabido que los grandes deportistas, los más exitosos, esos que logran récords increíbles y hazañas espectaculares en diferentes deportes, ejercitan la visualización permanentemente.

¿Cómo visualizar y mantenerte motivado? Vamos paso a paso:

Ejercita la imaginación.

Al visualizar, imaginamos como una película en la que incluimos sonidos, imágenes, luces, emociones, etc. Podemos utilizar distintas formas de visualización que nos conecten con lo más importante y profundo de nuestro ser. Por ejemplo:

Imagina tu funeral, pregúntate ¿quién te gustaría que esté ahí? ¿qué te gustaría que recuerden de ti estas personas?

Revisa tu Visión, esa imagen de acá a 5 o 10 años que construiste.

• Visualiza si te quedara un año de vida, ¿qué harías desde ya? ¿Qué cambiarías? ¿Cómo crees que disfrutarías tus días de este año?

Imagina si tuvieses dinero suficiente para no necesitar trabajar, ¿qué actividad te gustaría realizar? ¿Continuarías haciendo lo que haces ahora o cambiarías algo?

Haciendo estos ejercicios tomamos perspectiva de nuestra vida, vemos con claridad si lo que estamos haciendo hoy es lo que realmente queremos hacer.

Si imaginamos que nos queda un año de vida y nos damos cuenta de que cambiaríamos absolutamente todo lo que hacemos actualmente, ¿qué esperamos para cambiarlo ahora mismo? ¿Cuál es el sentido de hacer cosas que no nos hacen felices y postergar las que sí, sólo porque pensamos que tenemos muchos años más por delante?

El hábito de la visualización cuando tienes tu visión clara, permite que tu cuerpo y tu mente estén en sintonía y dirijan todo su potencial hacia la concreción de aquello que deseas.

Visualizar es, entonces, una forma de auto-motivación permanente.