La Base: Principios y Paradigmas

Por Matías Salom


Voy a intentar adivinar algo simple sobre ti: Te gustaría mejorar tu vida. Hay algo que quieres cambiar:

  • Quieres emprender. Llevas mucho tiempo con la idea dándote vueltas en la cabeza, pero nunca encuentras el momento ni las energías para iniciar ese proceso.
  • O quizá ya tienes tu negocio en marcha, pero las semanas no te alcanzan para hacer todo lo que hace falta en las diversas áreas de tu empresa. Sientes que podrías ir mucho más lejos pero los resultados no llegan.
  • Tal vez te pasa que por todo eso se hace difícil disfrutar de tu familia, amigos o pareja y, especialmente, de ti mismo, hacer ejercicio, leer y relajarte.

Es demasiado junto, ¿no?

Y por eso estás aquí.

Ahora bien, estos problemas no son por falta de voluntad.

Tampoco es una simple cuestión de que no estés pensando de manera positiva, o dedicando suficiente tiempo a imaginar lo que quieres, ¿no?

Hay algo más profundo.

Una historia para empezar a pensar

Imagina durante unos segundos... ¡Clap! Estás en otro lugar. Tienes a alguien parado enfrente. Te extiende una mano: - Bienvenido al año 2512. Soy el Secretario de las Naciones Unidas. Miras a tu alrededor: ves un gran desierto. A continuación, te explican el problema: esos terrenos son la Patagonia argentina, y hace muchos años (nadie recuerda cuántos) no logran cosechar nada. Te llamaron porque investigaciones históricas muestran que en tu época era una zona verde y productiva. Quieren ayuda para ver qué pasa. Tal vez puedas detectar algo que está mal. Te llevan por las instalaciones. La tecnología es de punta. Hay carteles de motivación en las paredes, y te comentan que todo el personal hizo cursos de estrategia y productividad.

Entonces, te das cuenta de algo curioso: de las mangueras sale un líquido rojo.

- ¿Qué es eso rojo? – preguntas.

- Gatorade – te responden con naturalidad.

- ¿Y por qué están usando eso para regar las plantas?

Te señalan un cartel. En él hay una foto de un girasol, con lentes oscuros y manejando un BMW rojo en la playa. Abajo, una leyenda dice "Gatorade - Lo que las plantas quieren". Lo miras. Te quedas en silencio.

- ¿Y por qué no riegan con agua? - les preguntas.

Lo hacen. A partir de ahí, las plantas comienzan a crecer.

Eres un héroe. Solucionaste el problema de la producción de comida y sales en CNN.

¡Clap!

Analicemos un poco el ejemplo que, aunque sencillo, nos dice muchas cosas:

En este caso, la sociedad del futuro estaba convencida de que las plantas necesitaban Gatorade. Asumían que esto era cierto y operaban desde esa base. A esto podemos denominarlo “Paradigma”: son lentes con que vemos el mundo (o una parte de él). Un Paradigma puede ser correcto o incorrecto.

La idea de que las plantas necesitan Gatorade es un paradigma incorrecto, ¿por qué? Porque no se condice con la naturaleza de las mismas: por más que queramos (o que una publicidad lo diga) las plantas no crecen si se las riega con Gatorade. Necesitan agua.

Por eso, no importaba cuánto se esforzaran, pensaran de forma positiva o invirtieran en tecnología, no lograban hacer crecer sus cultivos.

El pensamiento positivo y la tecnología son simplemente técnicas. Técnicas sobre paradigmas incorrectos no dan resultados.

¿Y cómo nos damos cuenta de que las bases están incorrectas?

El síntoma más claro es cuando no podemos explicar lo que está pasando ni predecir lo que va a suceder luego. Si eso sucede, es momento de frenar y mirar más profundo.

Tenemos que comprender las leyes que gobiernan nuestra naturaleza y la de las cosas que nos rodean. Desde allí es que podemos llevar a cabo acciones que realmente produzcan resultados.

A esas leyes se las denomina Principios, y son universales, a-temporales e infalibles. Sólo cuando adecuemos nuestros Paradigmas a los Principios correctos tendrán sentido las técnicas que podamos agregar.

Recién cuando reguemos con agua van a servir el pensamiento positivo y las inversiones en tecnología.


Lección #1: aquello que asumimos que es cierto determina la forma en la que actuamos. Para lograr nuevos resultados y adoptar nuevas conductas, debemos empezar por encontrar aquella forma de ver el mundo que motivó la anterior.

Lección #2: los resultados dependen de la naturaleza de las cosas. Podemos elegir nuestras acciones, pero no podemos elegir las consecuencias de esas acciones.

¿Y por qué nos importa todo esto?

Porque de eso se trata este Curso: no vamos a simplemente darte técnicas o trucos. Vamos a trabajar sobre tus paradigmas, y asegurarnos de que comprendas la naturaleza de los problemas para construir desde ahí.

El material va a estar estructurado de forma tal de evaluar los paradigmas más comunes que existen, descubrir los correctos y ver cómo transformar tus hábitos para adecuarlos a ellos. El proceso es gradual, pero es la única manera de que los resultados sean profundos, duraderos y reales.

Si estás aquí es porque quieres hacer algo distinto, que ese cambio dure y te traiga resultados reales. Y en eso te vamos a acompañar.

El primer paso, entonces, va a ser identificar la verdadera naturaleza del problema.