¡Bienvenido a la segunda semana del Módulo 5!

Estamos en nuestro camino a incorporar el hábito emprendedor de tener un diario. La semana 1 elegimos la plataforma y el momento, y empezamos a ejercitar el hábito de escribir algo (lo que sea), partiendo de una pregunta simple: ¿qué pasó hoy?

En el proceso a concretar este sencillo ejercicio seguramente empezaste a encontrar con obstáculos: no acordarte el momento, sentir que no te alcanza el tiempo, sólo escribir cosas tristes (usar el diario para ventilar, y nada más).

En el texto a continuación vamos a ver cada uno de los problemas más comunes (los mencionados y algunos más), y ver la manera de enfrentar cada uno. Van a estar enumerados y con títulos claros, así que puedes saltar directamente a los problemas que estés teniendo.

Empecemos:

# 1. Me cuesta empezar porque no sé por dónde hacerlo

Al finalizar los textos de la semana 1 dijimos que la pregunta para empezar, en los primeros días, es "¿Qué pasó hoy?". La idea es que sea una pregunta simple, que dispare el escribir algo. Para muchas personas, sin embargo, es difícil empezar incluso con esta pregunta.

Esto nos pasa porque esperamos tener algo genial para contar. No nos permitimos escribir "Casi nada, sólo fui a trabajar".

También puede ser que estemos siendo muy duros con nosotros mismos a la hora de evaluar lo que hacemos. Tal vez empezamos a escribir y borramos porque sentimos que no está bien escrito. O tal vez hay un tema que surge de forma constante que nos cuesta afrontar (que estamos hablando mal con una persona, por ejemplo).

Lo mejor que podemos hacer, en este caso, es simplemente dejar ir de nuestras expectativas e ir a lo más simple posible. Escribir 1 palabra. Proponernos hacerlo por un par de días. Una palabra. No importa cuál (eliminar la necesidad de que sea lógico también nos saca de encima un peso). Cuando nos sintamos cómodos, pasemos a 2 palabras. O probemos una oración.

Más adelante vamos a ver consignas más concretas para aprovechar el espacio del diario, pero lo más probable es que no solucionen este problema. Para empezar tenemos que hacerlo simple y dejar que fluya.

# 2. Me entusiasmo escribiendo y no me alcanza el tiempo

En primer lugar: ¡felicidades! Lo normal es que el problema sea encontrar sobre qué escribir, o siquiera empezar. Lo que te pasa no es malo en sí mismo, pero acostumbrarse a escribir por demasiado tiempo puede volver difícil mantener un hábito en el largo plazo.

Si te gustaría generarte el hábito de escribir mucho en tu diario en el largo plazo y ves que no va a ser un obstáculo para que mantengas el hábito, esto ni siquiera es un problema. Personalmente, sin embargo, te aconsejo que ejercites hacer ambas cosas: cuando tengas mucho tiempo escribí prolongado, y cuando tengas poco escribí igual, aunque sea una palabra. Tener una forma simple y breve de llevar el diario (aunque sea alternativa para días atareados), es clave para mantener la retroalimentación en el tiempo. Y en esto te pido que confíes en mí: los días en que no tenés tiempo ni ganas de escribir es cuando más lo necesitas, porque son esos días los que necesitas entender y superar para mejorar.

Acá van algunos tips para mejorar sin que dejes ideas sin escribir:

  • No escribas oraciones completas, sino más bien frases cortas con viñetas. Usa una viñeta por cada cosa o pensamiento. Hacé el ejercicio consciente de resumir las ideas. Esto sirve luego a la hora de escribir o conversar. Como dice el refrán: lo bueno, corto, dos veces bueno.
  • Piensa una estructura para escribir, de forma que tengas los pensamientos ordenados. Muchas veces pasa que escribimos mucho porque retomamos ideas que ya expresamos antes. Si en lugar de simplemente escribir, por ejemplo, organizas tu diario en 3 puntos: familia, trabajo y emprendimiento, ese mismo orden puede llevarte a ver con claridad patrones y ahorrarte volver a escribir mucho.

# 3. Mi diario se convirtió en un lugar para descargarme

Esto es algo muy común, y no es malo que suceda de vez en cuando. Si tuvimos un mal día es bueno simplemente procesarlo y ponerlo por escrito.

Si sentimos que esto es un problema es porque: a) estamos usando el diario para escapar enfrentar los problemas en la realidad; b) no estamos viendo nada positivo en nuestros días.

Hay una frase que abarca ambos problemas, de Dan Parce:

"Comparte tus debilidades. Comparte los momentos duros. Comparte tu lado real. Hay dos opciones: o va a alejar a las personas falsas de tu vida, o va a inspirarlas a dejar de lado la idea de "perfección", lo cual abre las puertas a las relaciones más importantes de que puedes ser parte".

En nuestro diario tenemos la posibilidad de compartir con nosotros mismos, y eso lleva a que podamos ver con claridad cómo estamos haciendo y viendo las cosas. Esto tiene dos posibles consecuencias:

a) que cambiemos todo lo que no nos guste, y que enfrentemos problemas que antes evitábamos;

b) que nos abramos a ser más vulnerables y dejar ir la necesidad de ser perfectos.

En un caso vamos a mejorar. En el otro vamos a estar en paz con nosotros mismos y eso va a mejorar nuestra relación con otros.

Lo más importante es darnos cuenta, al escribir, de que no somos lo que sentimos o pensamos, y que podemos cambiar ambas cosas. Esto se va a notar especialmente cuando volvamos a revisar lo escrito, pero por ahora no es necesario que pienses en eso. Al escribir y pensar lo que te pasa, lo que haces y sentís estás abriendo la puerta a tu sistema personal de retroalimentación y mejora.

Al problema de no estar viendo nada positivo también vamos a enfrentarlo en profundidad la próxima semana, cuando abordemos  el tema de la Gratitud.

Por lo pronto, puedes agregar una pregunta a ¿Qué pasó hoy?...¿Qué cosas buenas me pasaron hoy?

# 4. Me cuesta empezar porque me olvido

Este es el problema más simple de todos, pero el más común.

Para solucionarlo, tres consejos (elige uno):

  1. Revisa este texto sobre cómo crear hábitos, y vuelve a la semana 1 para fijar tu disparador.
  2. Coloca un recordatorio físico. Por ejemplo, si escribes en papel y antes de dormir, deja el cuaderno todos los días en la mesa de luz con una lapicera.
  3. Setea un recordatorio en el celular. Una alarma con la palabra "diario", simplemente. Cuando suene, no importa qué estés haciendo, frena y escribe en tu diario aunque sea una palabra u oración.

Y, especialmente, no seas demasiado duro con vos mismo. Cuando te des cuenta de que un día no escribiste pregúntate por qué y aprende de eso. A partir de ahí refuerza tu disparador o recordatorio y cuando escribas de nuevo hace una breve reseña de lo que pasó el día que no escribiste.

# 5. Nunca me pasa nada emocionante

Este no es realmente un problema de tu nuevo hábito sino un resultado muy positivo.

Si al sentarte a escribir descubres que lo que tienes para contar de cada día no te emociona es un llamado de atención en dos posibles sentidos:

  1. ¿Estás subestimando lo que te sucede día a día? Si piensas que este puede ser el motivo, durante la próxima semana intenta escribir mayor cantidad de detalles de tus días. Intenta capturar las emociones en los distintos momentos, las cosas que te alegran o las ideas que te inspiran. No tienes que matar un dragón para que sea un buen día. Tal vez le sacaste una sonrisa a un amigo que estaba triste, o leíste un artículo muy interesante. Intenta explorar en profundidad tus días y la próxima semana vamos a ejercitar la gratitud.
  2. ¿Tal vez no estás contento con tu día a día? En este caso el Diario está trayendo resultados a una velocidad increíble, ¿no? Ya sabes que hay cosas o actividades que te gustaría cambiar, así que puedes empezar a hacer algo al respecto. Durante la próxima semana cuando escribas y te encuentres pensando que nunca te pasa nada emocionante házte la siguiente pregunta: ¿qué podría haber hecho hoy para que mi día sea mejor? Contesta eso, simplemente, y observa cómo tus actividades empiezan a cambiar.

# 6. Me cuesta ordenar mis pensamientos

Tal vez sientes que tus pensamientos están saliendo de una manera desordenada, caótica. Eso es bueno, porque están saliendo. También es bueno porque percibes ese desorden. Ahora podemos hacer algo al respecto (si no hubieras empezado tus pensamientos estarían igual, pero no te darías cuenta).

La próxima semana ejercita transformar ese caos o intuición en algo ordenado. Aquí hay algunos criterios:

  1. Cronológico. Puedes simplemente pensar las actividades o ideas en el orden en que se te ocurrieron. Esto puede ser bueno para re-construir procesos y ver qué llevó a qué.
  2. Por temas. Pensá categorías y todos los días organiza las ideas alrededor de eso. Por ejemplo, puedes escribir primero sobre tus hábitos, segundo sobre tu negocio y tercero sobre tu familia. Al hacerlo así todos los días las ideas empiezan a ordenarse.
  3. Como argumentos. Esto me sirve a mí especialmente cuando algo me conflictúa. Se organiza así. Al empezar escribes el pensamiento que más te ocupa en el momento en forma de oración. Luego tu diario se convierte en un espacio para pensar esa idea. Puedes buscar ventajaes/desventajas, ordenar los motivos para una decisión o explorar las distintas facetas de un suceso. Esto sirve también cuando estás pensando en una relación con otra persona, para hacer el ejercicio de verlo desde los dos lados. Idea central y luego tu perspectiva y la del otro. Es un ejercicio genial: cuestionar tus motivos y analizar por qué hacés las cosas es algo que debe hacerse siempre, y el diario lo hace simple. En todos los caso, celebrá lo que estás haciendo. Al expresar tus pensamientos en forma de oraciones y obsérvalos desde fuera te lleva a ver con claridad cuándo estás siendo impulsivo, irracional, o simplemente estás equivocado.
  4.  Simplemente continúa. A veces nos pasan muchas cosas. Tenemos problemas y muchas personas a nuestro alrededor. Un buen ejercicio es, cuando sientes caos, simplemente escribirlo. "Siento que no estoy pensando claramente", y continuar pensando a través de la escritura. Te va a sorprender cómo a medida que sigues avanzando las ideas empiezan a ordenarse y pasas de un terremoto de cosas a un ensayo ordenado y tranquilo sobre tu situación.

La próxima semana mantén la conducta que fijamos en la primer semana incorporando los cambios que pensaste, y vamos conversando sobre los resultados.

¡Y a poner en práctica entonces!